Ayer, miércoles 22 de septiembre, cuando Giammattei cumplía exactamente 40 días y 40 noches de huelga de hambre, Dall’Anese acudió al Cuartel de Matamoros -donde se encuentra recluido el hambriento-.
Al verlo hecho mierda, Dall’Anese le dijo: “¿Puedo ofrecerle algo de comer? ¿Una hamburguesa de McDonald, Pollo Pinulito, un shuco del Liceo?” A lo que Giammattei le respondió: “No sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que se huevea en el Ministerio de Gobernación”.
Como lo vio necio, Dall’Anese le dijo: “Tira tus muletas; dijo Berger que si tú caías, él vendría a levantarte”, lo tentó de nuevo, que no es lo mismo que “lo tocó de nuevo”.
Giammattei respondió: “También dijo Berger que no lo pusiera a prueba y que cualquier cosa en que yo le quisiera meter la verga, él se haría el loco, como ahora lo está haciendo”.
Por última vez, Dall’Anese le insistió: “Si accedes a ser colaborador eficaz, te ofrezco que todo este reino será tuyo; saldrás a los tres días tras sentenciarse la condena y reinarás por siempre”.
Giammattei le respondió: “Vete, Satanás, porque mi reino no es de este mundo; mi reino está en Pavón”.
Al irse Dall’Anese, un repartidor de Subway tocó en las puertas de la cárcel cuartel, y atendió a Giammattei con un Combo Italiano, agrandado, con aguacate extra, pepsicola, papalinas y unos rollitos de canela.